23 ago 2010

Casiopea.

Silencio.
Sublime silencio entre tú y yo.
Y el ruido de las pipas.
Ese simple y absurdo crujir.
Tú y yo en un balcón con vistas al mar,
ese pequeño Mar de mi Alma.

Continúa el silencio.
Incluso olvido lo cobarde que eres.
Incluso olvido lo estúpida que soy.
Y me vuelvo torpe por segundos con tu mirada sobre mi.
Una mirada serena, repleta de ese odio profundo que sientes por mi.
Ese odio que trata de esconder todo el amor que nos rebosa.
Y estoy segura de que es una tontería, de que puede que me esté matando pero, es imposible que alguien como yo no acabe por enamorarse de alguien como tú.
Y eso que enamorarse no es sencillo,
no basta con sentirlo; hay que oírlo.

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