11 may 2012

Esa es la verdad

Al final el protagonista consigue a la chica, el malo resulta no ser tan malo y el negocio es un éxito. Pero no. La vida es mucho más complicada. Por eso no se habla de los malos modales que continuó teniendo la Bestia en la mesa, ni de si Julia Roberts prosiguió siendo la pretty woman en la que la convirtió Richard Gere, ni de las grandes diferencias entre Bridget Jones y Colin Firth. Esas cosas no se dicen, porque no queremos saberlas, porque la ficción ha de ser alegre, placentera. La ficción no debe parecerse a la realidad.

1 comentario:

  1. La ficción sigue a la realidad, y se convierte a su vez en realidad. Otra cosa es Hollywood y su ficción rosa con piruletas de caramelo. Y con martongas jugosas de chocolate ;)

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