Ocho de la tarde y tus miradas me tocan.
Desenfocas mi realidad.
Agitas mi vida.
Y la colocas como te place.
Ocho y seis minutos y tus manos me desnudan.
Reconstruyes el pasado.
Besas lentamente mi alma.
Y destapas mi sentir.
Se eriza mi piel con el contacto de tus dedos,
con ese ir y venir por mi espalda.
Inventas poemas con tus manos,
y empapas los versos de susurros,
con el inquietante sonido de palabras
que me hacen perder la razón.
Riesgo y altura
cada vez que me rozas
con miradas y silencios,
con ese calor tibio
que alberga tu cuerpo
...y tu sentir.
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