- ¿Es que no ves tú que la gente cambia...?
- Si, ¡si, joder! Pero no me refiero a eso. Si, estuvo genial, fue la hostia, pero no estoy hablando de eso.
- Entonces no entiendo de qué me estas hablando.
- Lo que intento decir es que, ayer... bueno, estos últimos días, he estado pensando, le he estado dando vueltas, a nuestra relación; a cómo éramos y cómo somos. Y... y no soy capaz de recordar la última vez que diste algo por mi. Y no lo digo con reproche, sino con una tristeza infinita.
Entonces haría ese gesto de incomprensión con la cabeza, como entrecerrando los ojos, y pronunciaría un "¿¿Qué?!" al que yo ya no estoy dispuesta a contestar. Desviaría la mirada a otra parte pasándose la mano por el pelo, negando con la cabeza, suspirando.
Pero ya da igual.
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