La putada es que la mayoría de la gente es cobarde, y formar parte de la minoría valiente puede llegar a ser deprimente. Sobretodo porque eso significa ser el que siempre lo da todo y, por lo tanto, ser el más débil, el más fácil de romper. Quizás lo que nos guía es saber que la recompensa final vale la pena, porque puede con cualquier impedimento.
- Y, ¿qué pasó?
- Lo que siempre pasa: la vida.
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