21 oct 2010

Y camina.

Llueve y la ciudad se hiela. Camina sin prisas, se empapa ¿Por qué no decirlo? Le gusta mojarse. La calle y el sonido de las gotas al colisionar con el cemento. El ruido de los coches, los charcos en las aceras. Pero camina. Porque a veces es lo único que queda. Marca los pasos, a tientas, con dudas. Piensa, recuerda, reflexiona. Y camina. Lento, sin un lugar que alcanzar. Llueve y nadie la espera. "Debería dejar de hacer esto", se dice a sí misma. "Debería dejar de enamorarme del primer hombre bueno que se aparece en mi vida". Y con el corazón en la mano y el alma en los pies, prosigue caminando. Porque hoy llueve y la ciudad se hiela. Y eso le gusta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario