17 feb 2012

Real emotions

Ella tenía razón. El amor correspondido es como una canción de soul. Es el equilibrio puro, la perfecta conjugación de todos los factores. Es Seal cantando A Change is Gonna Come y lo que se siente. Como todo gira y parece tener sentido.

8 feb 2012

Dream of paradise

El error no fue suyo. Ni mío. En realidad no hubo error. En el amor, ¿qué es justo y qué no? Esas cosas nunca te las enseñan, siempre toca aprenderlas a base de golpes. Golpes que nos da la vida, quiero decir. Joder, ¿por qué no nos enseñan a diferenciar? ¿Por qué no nos explican que hay sentimientos tan... devastadores? Los consejos solo son una forma de nostalgia, donde miramos al pasado, quitamos las partes malas, y revalorizamos las buenas. Pero, ¿qué es bueno y qué es malo? Eso tampoco nos lo enseñan, aunque creemos haberlo aprendido. Al final todo es tan relativo... manipulable.
El error no existe o, por lo menos, no en el amor. Creer en el fallo es sólo una forma de afrontar un futuro ambiguo y poco prometedor. Es la única manera que tenemos para hacer frente a lo que nunca nos enseñaron: que es la vida, el tiempo, lo que se lo lleva todo.

2 feb 2012

Two people becoming one

No sé mucho de electricidad, pero las relaciones, sean del tipo que sean, funcionan como el voltaje de cualquier aparato electrónico: necesitan su propio equilibrio. La concordancia entre el aparato y la batería ha de ser estable. Si el primero necesita 5 v. , debes aplicarle 5 v. , ya que tanto por exceso como por carencia la reacción y el funcionamiento se ven afectados. Si decides aplicar, por ejemplo, 4.5 v. , el aparato se verá obligado a ejercer el mismo cometido con menos carga. Mientras que, si aplicas, digamos, 6 v. , corres el riesgo de quemarlo.
Las personas somos iguales.
Para mantener una relación debemos exigir el mismo tipo de voltaje.

1 feb 2012

Las heridas sangran, las cicatrices duelen

Cuando estás perdido y alguien te pregunta qué quieres y no sabes contestar, te das cuenta de que uno de los grandes pasos hacia la tristeza es la incomprensión.
Las heridas que más tardan en sanar son aquellas que no puedes compartir. El dolor ha hecho mella en el espíritu, y eso es algo imposible de describir. Cuando el dolor abarca palabras se hace más tangible y puedes mirarlo como algo reparable. Pero cuanto más inexplicable se vuelve, más difícil es reconocerlo y más complicado es hacerle frente.