1 nov 2010

Hoy no me llena nada que no seas tú.

Hoy ya no sé qué quiero. Hoy lo daba todo por dos segundos con su risa, con sus palabras, con sus manos al hablar. Hoy abandonaría el mundo solo para huír de la realidad. Volvería a aquel velero con nombre de submarino y acariciaría el mar. Me dejaría llevar por la brisa marina de esos momentos plenos, de noches en vela entre cigarrillos y cavilaciones.
Es fácil echarle la culpa al recuerdo y hundirse en la nostalgia. Reconozco que nunca he sido capaz de vivir mi presente sin pararme en el pasado. Reconozco esa frustración, esa desilusión, ese sentimiento de culpa al no haber aprovechado lo suficiente el instante.
Pero hoy no sé qué quiero y tengo celos del que vive sin pensar. Hoy quiero desligarme de todo y no encuentro la forma, no hay manera humana de dejar de echarla de menos. Mi casa, mis emociones, mis actos y mis pasiones, mi tristeza y mi alegría, llevan tatuado su nombre. No hay nada mío que no se pose en esas siete letras.

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